lunes, 17 de agosto de 2009

¿Esto es Cultura? Cuestiones mayúsculas

Ésta es una discusión que mantengo con casi toda persona con la que hablo Ortografía y esas cosas: ¿Se acentúan las mayúsculas?

La respuesta de todos es la misma: NO. ¡Anda! ¡Ahora a pelearse con ellos y explicarles (y convencerles) de qué va el tema!

Esta misma respuesta es la que dan a dicha pregunta los encargados de Cultura en Dos Hermanas, mi pueblo, que por habitantes es ciudad pero por inteligencia se queda en pueblo (evidentemente no lo digo pa' meterme con nadie, que yo soy de aquí). Bueno, he aquí la prueba de la cultura de mi pueblo:









No, no es que se le haya caído la tilde, nunca la tuvo... ni creo que la tenga.


1. Cuestiones formales generales
1.1. El empleo de la mayúscula no exime de poner la tilde cuando así lo exijan las reglas de acentuación: ÁFRICA, África. Únicamente las siglas, que se escriben enteramente en mayúsculas, no llevan nunca tilde: CIA (del ingl. Central Intelligence Agency), y no CÍA.

5 comentarios:

  1. Podrías ver la página de Pablo, un mexicano que ha comenzado una originalísima cruzada: acentosperdidos.blogspot.com.
    Cariños desde Córdoba, la de Argentina.

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  2. Mil gracias, Laura, ahora mismo voy a visitar esa página.
    Un abrazo!

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  3. Los ejemplos que has puesto podrían ser casos de placas colocadas hace unos 20 años, más o menos; anque por las fotos parece que son bastante más recientes, jejeje.

    Lo digo porque, aunque sé que tú lo sabes, debo decir que creo que la norma de acentuar las mayúsculas no ha existido siempre; de hecho cuando yo empecé en el colegio, allá por la primera mitad de los 80, la norma era precisamente la contraria: no acentuar las mayúsculas. Una incongruencia que, años más tarde, se solucionó.

    Hay quien dice que esto no es más que un mito urbano -Wikipedia, por ejemplo-, y reconozco no tener datos fehacientes para demostrar lo que he dicho en el párrafo anterior; pero cuando el río tanto suena debe llevar bastante agua, y si por aquella época no había NI UNA SOLA MAYÚSCULA en los libros con tilde por algo sería.

    Y a todo esto, te doy la razón en todo lo que dices aquí. Pero si hasta en las ciudades hay ejemplos de esa misma "cultura"...

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  4. Hola Víctor:
    La respuesta a tu pregunta está disponible gratuitamente en la página de la Real Academia Española. Andá a www.rae.es, tenés que hacer clic en Real Academia Española, luego en Obras académicas, luego en Ortografía de la lengua española y luego en Texto de la Ortografía de la lengua española (desconozco si el editor de este blog permite publicar una URL, pero yo no he podido pegarla aquí).
    Cuando abras el archivo (está en pdf) fijate en el punto 4.10.
    Nos vemos aquí en cualquier momento.
    Laura

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  5. Llego bastante tarde al post, pero no podía dejar de comentar. La verdad es que siempre se han acentuado las mayúsculas*, la razón por la cual “perdieron” ese derecho durante un tiempo fue sencillamente tecnológica. Las máquinas de escribir, y los tipos en general, no disponían de espacio suficiente para colocar tildes sobre las mayúsculas, ya que las mismas ocupaban todo el espacio disponible para una línea de texto**. Hay que pensar que vivimos con ésta limitación durante muchísimo tiempo, y a fuerza de uso se hizo costumbre, y a fuerza de costumbre se leyó como norma.

    A partir de la aparición de imprentas más sofisticadas se hizo posible la acentuación de mayúsculas, aunque no fue sino hasta la aparición de los primeros procesadores de texto, que se “pudo retomar” la norma. Quizá dentro de algunos años usar letras como sílabas completas sea la norma de uso, quién sabe, todo depende de que tanto utilicemos los móviles.

    *Algún amigo me comentó que durante un tiempo la RAE eliminó la acentuación de mayúsculas, basándose en la famosa limitación. La verdad es que no he podido encontrar mayores referencias históricas al respecto. Mi maestra siempre me hizo ponerlas, cuando escribía a mano.

    ** La eñe también sufría con la limitación de espacio. Durante muchísimos años la eñe mayúscula era proporcionalmente más pequeña que las demás letras, para darle lugar a lo que llamaría mi abuela, el rabito.

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